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3/11/05

El espejo

"Eres un producto del zeitgeist feminizado de los nacimientos post 1980" es, probablemente, lo mejor que me han llamado nunca. Aunque nunca me lo hayan llamado.

Resulta que estaba asistiendo yo a una discusión entre un hombre, de buen corazon, pero que no sabía expresar bien sus ideas, y un inteligente orador que le estaba llamando la atención precisamente por eso.

El buen hombre quería iniciar un proyecto colaborativo, pidiendo el conocimiento y la demostrada sabiduría de los demás para crear... bueno, eso es lo que no supo decir exactamente. Qué es lo que quería.

yo simpatizaba con el buen hombre, pero estaba de acuerdo con que no expresaba claramente lo que quería. Pensando en como me había comportado en el pasado, llegué a identificarme con él, que insistía e insistía en que se estaba expresando de forma fácilmente entendible, y se enfadaba cuando la reacción general de los presentes no era precisamente de colaboración.
"No quereis ayudar. No quereis colaborar" decía.
Yo, viendo que no era el caso, y teniendo en cuenta lo mucho que se parecía mi personalidad a la del buen hombre, no pude evitar reflexionar sobre mi mismo.

Fue entonces cuando el orador le dijo la frase que abre esta entrada, seguida de:

"Pero no te preocupes, no estás solo. Cientos hay como tu. Incipientes genios con mucho que ofrecer al mundo pero que están más ocupados en quejarse de sus circunstancias que en actuar para hacer algo de valor. Y se quedan con las ganas.
Cuando quieras cavar un hoyo, coge una pala. No esperes a que los demás intenten cavar por ti"

El buen hombre todavía cree que su forma de expresar ideas es entendible por alguien aparte de él. No se si aprendió algo sobre lo de cavar.

Yo, por mi parte, aprendí de ambas cosas.
Es curioso como a veces se ven las cosas más claras a través de un reflejo.