
Ya he dicho en anteriores ocasiones que ir al cine cada vez es algo más raro para mí. No sólo los precios suben sin parar, sino que la experiencia de ver una película no es siempre tan cómoda como sería deseable. Usualmente, esta experiencia no tiene nada que ver con la película en sí, sino con la gente que va al cine.
Cuando fui a ver la tercera parte de Piratas del Caribe, me tocó sentarme al lado de una niña que debía tener... muy pocos años. Tal vez cinco, tal vez doce, no tengo ni idea. La niña estaba mascando sonoramente un chicle, con la boca abierta.
Lo primero que me encuentro es que a los pies de mi butaca hay una verdadera pocilga de palomitas tiradas, sospechosamente cerca del cubo tamaño xxl que tiene la niña a su pies. A su lado había un niño de su misma edad, pero sus padres y/o tutores legales no estaban a la vista por ninguna parte. Por qué, oh por qué dejan sueltos sin vigilancia a estos proto-seres sin educación ni normas de comportamiento, en lugares públicos? y con dinero extra además!.
Durante la primera mitad de la película (y una película de 168 minutos era) tuve que aguantar los ruidosos masticamientos de la niña, mientras comía palomitas de ese cubo pringoso. Cuando por fin acabó, todavía tenía más hediondos comestibles que sacaba de una bolsa pequeña. La oscuridad del cine no me permitió ver lo que eran, pero a juzgar por el olor, recordé que hay algunas cosas que es mejor que el hombre no conozca, y esta debe ser una de ellas.
Uno no sabe qué hacer ante estos seres, encarnación misma de la molestia. No importa lo tarde que vayas al cine, no importa la película que escojas (mi teoría es que las manadas de niñatos ineducados eligen una sala al azar, pues poco les importa la película) siempre habrá alguien que intente fastidiarte. Se me ocurre que podrían aumentar el precio de las entradas en un factor de x2 o x3 para la gente menor de 15 años que no vaya acompañada de un adulto.
Quejas aparte, antes de empezar a hablar de la película quiero avisar al lector de que habrá algunos spoilers. Nada que reviente la película pero si eres de los que les molesta que le cuenten los pequeños detalles, no sigas leyendo.
El film comienza con una introducción un tanto floja. Vemos una hilera de mugrientos convictos, atados por los tobillos a grilletes dirigirse a un patíbulo donde múltiples sogas colgando se encargan de matar en masa a los desdichados que, aprendemos gracias a la voz en off, son ejecutados por crímenes de piratería.
Uno de los convictos es un niño, algo menos mugriento pero no por ello menos desagradable (basta verle la cara) que al acercarse a la soga se pone a cantar. Poco después los demás le acompañan en su canción y mientras siguen las ejecuciones aparece el título en la pantalla.
Después de ver esta introducción cliché y cansada (sobre todo comparada con la atmosférica introducción de la segunda parte) empieza la verdadera película.
Ahora que me paro a pensar sobre ello me doy cuenta de que estos próximos 15 minutos de película sirven de perfecta muestra de cómo será toda ella, durante casi 3 horas.
En estos 15 minutos vemos que los decorados son realmente atmosféricos y tienen un gran nivel de detalle. El maquillaje es también soberbio, realmente me dejó impresionado. La calidad del atrezzo, decorado y maquillaje se mantiene constante durante toda la película. Se nota que los valores de producción son altos.
Al principio también asistimos a una pelea multitudinaria, a diálogos sobre traiciones y lugares remotos, a excesiva pirotecnia y a Keira Knightley con sus modelitos de inspiración chinesca. Si, esto también es una constante en toda la película y, francamente, se agradece a quienquiera que fuese el fetichista que le dio la idea a los guionistas. Toda la película está impregnada de cosas como esta que parecen indicar a gritos "soy el final de la trilogía, vamos a volvernos locos!"

Poco después hay una pequeña escaramuza naval acompañada de los consabidos efectos CG y ya está. Esto es todo lo que Piratas del Caribe 3 ofrece.
Hay también algunos guiños y sutilezas varias que no desvelaré (es más divertido darse cuenta mientras se ven) pero en general no quedé muy satisfecho con la película.
Mis pequeñas quejas personales son dos, la falta de duelos de espada (hay varias peleas de muchos contra muchos, pero apenas hay un duelo) y el excesivo protagonismo de lo sobrenatural en la trama.
Pero una queja con más peso es sobre el ritmo de la trama. Muchos críticos al parecer se han quejado de que las dobles traiciones, tratos y malentendidos son demasiado embrollados, y que se hace difícil seguir quién está en qué barco en cada momento y qué motivaciones tiene.
Aunque personalmente no tuve problema para seguir la trama, ciertamente agradecería que fuese algo menos alborotada a cambio de que se desarrollasen mejor otros personajes o escenas (los señores piratas de la asamblea, por ejemplo, parece que sólo están para hacer bonito).
La interpretación de los actores es decente. Los personajes ya fueron establecidos en las dos entregas anteriores, así que no hay ningún desarrollo de personajes. Esto que hace que, por ejemplo el cameo por sorpresa de Keith Richards sea algo chocante (aunque no es lo único que lo hace así). Me han comentado que en particular Geoffrey Rush está genial, pero yo lo encontré un tanto sobreactuado en algunas escenas. Si, sobreactuado incluso para un papel que requiere vociferar retórica piratesca escupiendo por la boca, pero concedo que esa impresión puede deberse sólo al actor de doblaje.
En conclusión, Piratas del Caribe me parece una película de entretenimiento decente, llena de buenas ideas pero que no acaban de cuajar en sus escenas, que además están algo ahogadas en una trama innecesariamente embrollada. Tiene unos excelentes decorados, vestuarios y maquillaje. Realmente todos los valores de producción son top notch y por ello se lleva dos estrellas. Si no he mencionado tanto los efectos especiales es porque, a pesar de ser espectaculares, no son realmente llamativos (lo cual no es necesariamente malo).
Hasta las navidades? cine.